martes, 1 de abril de 2008

La tutela de los libros

Me levanto por la punzada de un recuerdo ambiguo de hace años. Un libro. Sí, uno que leí en su día y me dejó desconcertado porque no llegué a entenderlo del todo. Y lo abandoné en el olvido de una estantería muy alta. Me pregunto si aún seguirá donde lo dejé…a veces los libros parecen estar dispuestos a hacer sus propias mudanzas y acarrean sus notas interiores, hojas de rosas secas del día de San Jordi, aquella entrada de cine que dejaste como punto de lectura. Se organizan y van alternándose unos con otros, no sólo de posición, sino también de espacio, en casa de amigos, familiares o parejas.
En este último caso, es cuando los libros han decidido escindirse de tu vida. Piensas que han ido a casa de ella o él en un sistema sutil de depósito pero una vez haya cogido su lugar allí permanecerá para siempre. Dicen que nada dura para siempre y en la separación los libros se dan por perdidos.
Tras la ruptura el libro se niega a volver a casa, o peor, su ausencia pasa inadvertida. Más tarde, cuando uno lo recuerda, parece que deba justificar su vuelta por la vía legal, la de la propiedad, y ante la duda el libro debe decidir entre una u otra persona, probablemente con quien piense que ejercerá mejor la tutela. Muchos me consideraron literariamente inmaduro y nunca volvieron.

Me pregunto si existirá una segunda paternidad o podré re-adoptar.

6 comentarios:

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Pobre libro ése, ahí en lo alto de la estantería, acumulando polvo junto al catálogo de Ikea de 2005... por lo menos.
Yo, para bien (en este caso) o para mal (en general) nunca he tenido un novio que fuera muy lector. Así que al final se llevaba otras cosas, pero no los libros, que pesan mucho... Así tengo la casa!!!

Sunion30 dijo...

Que va, mucho más antiguo, creo que ni existía Ikea (by the way,¿había vida antes de Ikea?)...

Pero quiero pensar que debe estar amarilleando y ganando en consistencia como un buen vino, donde quiera que esté.

Buena táctica esa de no haber tenido un novio muy lector, si no te importa tomaré nota para aplicármelo. Al final verás como serán los libros los que me echen de casa...

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Ese libro acabará donde deba acabar. Amarilleándose, siendo leído por una visita esporádica en una noche de insomnio o en una librería de viejo. Lo bueno es que sigue vivo. Hoy, en tu blog, por ejemplo.
Y respecto a mi táctica, me temo que no es tal. Más bien azares de la vida. Madre, ya estamos otra vez con los azares...
Dile a los libros que no te echen, hombre, que seguro que tú los tratas con mucho cariño.

PD. Esto ya más que un blog parece un chat, con tanto mensaje ;-)

Sunion30 dijo...

Sí, mi libro ya se me ha independizado, sólo puedo desearle que tenga unas buenas manos lectoras que lo sostengan...

Y referente a tu P.D. totalmente de acuerdo jaja, pero será que tenemos cosas que decir. O que "estamos vivos", que ya es mucho.

Leía el otro día en una revista alguien que decía que las personas huímos de algo o perseguimos algo,pero si no estamos haciendo ninguna de esas dos cosas, en esos dos estados, es como no estar vivos.

Miércoles mañana. Yo pienso seguir en movimiento ;) tu?

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Miércoles tarde. Sol en Madrid. Yo también, Joan, sigo en movimiento. Entre la alegría y el miedo. Pero con gusto.
Qué ganas tengo de que reveles tu Big Bang...

Sunion30 dijo...

..no sé lo que tardará, sólo sé que se está gestando, quizás llevaba ya años y lo desantendí, pero esta vez parece real. Y probablemente guardará alguna simetría con el tuyo, me llevas ventaja ;)