jueves, 3 de abril de 2008

ΔΙΑΛΕΞΕΙΣ

" Wangel (la contempla un instante): Ellida, tu alma es como el mar. Tiene flujos y reflujos. ¿Cómo fue posible ese cambio?

Ellida: ¿No comprendes que el cambio vino...,que el cambio tenía que venir...desde el momento que podía elegir con libertad?

Wangel: ¿Y ya no te atrae más lo desconocido?

Ellida: No me atrae ni me espanta. Hubiera podido atrojar una mirada en él...,hubiera podido ir a él...sólo con que hubiera querido. Podía haberlo elegido, y por eso he podido renunciar a él. "

Acto V "La dama del mar" HENRIK IBSEN

7 comentarios:

Emilio Ruiz Mateo dijo...

La dama del mar? Voy a ir a verla el martes, en un montaje de Bob Wilson!

Sunion30 dijo...

Mr.Fantástico...más casualidades??? Es usted un pozo de sorpresas!!

Emilio Ruiz Mateo dijo...

¿Y yo qué quieres que haga, sunion?
O como canta Miguel Poveda: Por mis senderos yo voy / por mis senderos yo vengo / ¿Y yo qué culpa tengo / que mis sentimientos corran por olas de espuma?

Sunion30 dijo...

Olas de espuma, "La dama del mar", Ellida...tanto tono marino merece una reflexión y un paseo por la playa mañaña por la mañana. Llenarme de mar y acabar de leer a Ibsen.
No se lo digas al sol.

También tú, sin que lo sepas, vas tirando del hilo que va bifurcándose y haciendo crecer la madeja. Gracias por las mudas sugerencias.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Es extraño pensar en el mar desde Madrid, al ladito de la estación de Atocha, entre padres que llevan a sus niños de la mano al Retiro y senegaleses que buscan los mejores lugares para el Top Manta.

Es extraño, pero se puede. Lo acabo de comprobar.

Sunion30 dijo...

Si has pensado en él y has respirado profundamente es que el mar ha llegado a Madrid. Un velero con nuevas brisas llegó a la capital.

Mira debajo del sofá por si encontraras alguna concha o arena de playa. Yo suelo recogerlas y guardarlas.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

No me vas a creer, no me vas a creer... Pero en los viejos vaqueros que hoy me puse los bolsillos de atrás estaban llenos de arena. De verdad. No recuerdo en qué playa fue, pero sí que decidí dejar esa arena en los bolsillos. Y hoy resulta que era tuya.