lunes, 7 de abril de 2008

MI PROPIA ALEJANDRÍA

Traspasan mis dedos
la entrada del café
y el aire adquiere tonos tostados.

Suave, celeste amargura
en esta tarde estancada color vitrina.

La compañía se desea
por lo efímero de este traspaso.

Y van los días y yo con ellos.

Tú, mirando sin interés
el texto de Kavafis
que acerqué a tu lado de la mesa.

No serán los caracteres griegos
lo único que no vayas a intentar
entender.

4 comentarios:

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Yo borracho por las plazas y tú viviendo este poema en un café... Qué vergüenza... jajaja

Una gran contracción, sunion. Felicidades.

Sunion30 dijo...

Gracias Mr.Week,pero hace bien usted en lanzarse a la calle.

Y si viví este poema, le aseguro, fue en su momento de creación, simplemente literaria. Uno es capaz de ponerse en situaciones tales con un café delante. Cosas de la sugestión. Y de los domingos por la tarde.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

¿Sugestión? Usted sí que es sugerente, Mr. Coffee.

Sunion30 dijo...

ains... ;)