martes, 8 de abril de 2008

Passeig per Port Lligat...

(...) Fue una mudanza sin palabras, estéril, como los años vividos. ¿Qué estoy haciendo con el resto de mi vida?, me pregunté un día. Y ya no acertaba a conformarme con ir paseando por el mero hecho de pasear. Salí del camino y comencé a bajar por los peñascos que me protegían del mar. Y el simple riesgo de saltar de uno a otro, de poder resbalar y tocar el peligro, me devolvió la visión entrecortada de una deriva de libertades por la que quería dejarme arrastrar. Visión apaciguada de respiros salinos. Blanca espuma y un deseo prestidigitador.



5 comentarios:

Emilio Ruiz Mateo dijo...

La dama del mar? Ayer estuve con ella.

Sunion30 dijo...

Es cierto, que tal la puesta en escena?..envidia sana te tengo...

y el minitexto es un fragmento de algo que estoy escribiendo, a paso de tortuga, pretende ser una especie de novela...

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Lo mejor, sin duda, la puesta en escena. Densidad poética.

Así que una novelita, eh? Y nos la das en pildoritas, claro...

Sunion30 dijo...

Jaja, tranquilo, es mejor así. Toda de golpe podria tener un efecto devastador :)

Por cierto,si algun dia te apetece hacer una tertulia "ciber" con cafe imaginario le añades a mi nick el hotmail.com, quizas puedas darme mas detalles de los efectos renovadores de un big bang.

Un saludo, J.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Ya será menos esa devastación, ya...

Respecto a lo otro, eso está hecho. Vamos, que ya lo he hecho ;-)