(...) Fue una mudanza sin palabras, estéril, como los años vividos. ¿Qué estoy haciendo con el resto de mi vida?, me pregunté un día. Y ya no acertaba a conformarme con ir paseando por el mero hecho de pasear. Salí del camino y comencé a bajar por los peñascos que me protegían del mar. Y el simple riesgo de saltar de uno a otro, de poder resbalar y tocar el peligro, me devolvió la visión entrecortada de una deriva de libertades por la que quería dejarme arrastrar. Visión apaciguada de respiros salinos. Blanca espuma y un deseo prestidigitador.
5 comentarios:
La dama del mar? Ayer estuve con ella.
Es cierto, que tal la puesta en escena?..envidia sana te tengo...
y el minitexto es un fragmento de algo que estoy escribiendo, a paso de tortuga, pretende ser una especie de novela...
Lo mejor, sin duda, la puesta en escena. Densidad poética.
Así que una novelita, eh? Y nos la das en pildoritas, claro...
Jaja, tranquilo, es mejor así. Toda de golpe podria tener un efecto devastador :)
Por cierto,si algun dia te apetece hacer una tertulia "ciber" con cafe imaginario le añades a mi nick el hotmail.com, quizas puedas darme mas detalles de los efectos renovadores de un big bang.
Un saludo, J.
Ya será menos esa devastación, ya...
Respecto a lo otro, eso está hecho. Vamos, que ya lo he hecho ;-)
Publicar un comentario