lunes, 9 de junio de 2008

Fin de ciudad y desconocido horizonte

A veces uno es injusto con las ciudades, las prejuzga y en sus comienzos el juego de la seducción con ellas se hace más estrategia que carícias espontáneas. Los paseos se hacen más cemento a regañadientes. Las esquinas y cajeros, voyeurs que van tomando notas de dónde te sientas a tomar un café o simplemente a ver si el horizonte del mar está recto.

Pero con los días, como dicen, el roce hace el cariño.

No se da uno cuenta pero han ido pasando los meses sin tirar de hojas de calendario y, ajeno a su ciudad primigenia, se da cuenta que en su nueva ciudad no se está tan mal. Hasta que es consciente que ha de dejarla...(you don´t know what you got ´til it´s gone).

Los baños de luz aquí son así, te envuelven, te hacen el amor y la piel lo nota porque sale endurecida con ese tono bronce marinero que durante tantos años he envidiado en los demás.

Pero aquí y ahora, sentado -el horizonte del mar está un poco torcido hacia la derecha, lo veo- sé que sólo ha sido una estación más, una amante más.

Y no sé si al subirme a esa fina cuerda azul y lejana a hacer equilibrios voy a ir deslizándome también hacia la derecha...cosas de los horizontes... uno no sabe muy bien a qué se suele jugar más allá.

8 comentarios:

Sunion30 dijo...

Música, no sé si estuviste por la Feria del Libro (con todos los respetos, en versión mini jeje) de aquí pero fue uno de esos días estupendos en los que el sol y los libros hace que uno se sienta feliz de estar vivo! Creo que estoy desarrollando un punto fetichista con los libros: un monográfico de Litoral de Luis Garcia Montero, precioso y de calidad, da gusto pasar las manos por las hojas...
Cosas de la edad, supongo :)

Música dijo...

lástima que no pude pasarme Sunion..., pero se de lo que hablas, de esos extraños momentos en que todo tiene sentido. Un beso de buena lectura en un banco del paseo del parque con algunos rayitos de sol

Rocío dijo...

Y no sé si al subirme a esa fina cuerda azul y lejana a hacer equilibrios voy a ir deslizándome también hacia la derecha...cosas de los horizontes... uno no sabe muy bien a qué se suele jugar más allá.

Funambulista de la vida y de las palabras.
Todos tus escritos saben a sol y a mar, qué magia desprendes...
Besos.

Sirena Varada dijo...

Conforme lo fui leyendo me fue hipnotizando tu ciudad, la luz y esa línea de mar torcida hacia la derecha... En fin, dicen que todo se soporta en la vida, con excepción de muchos días de continua felicidad (creo que lo dijo Goethe)

Un beso

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Si el horizonte fuese un tobogán... ¡mejor nos irían las cosas!

Un abrazo, nene.

Jon Doe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jon Doe dijo...

No lo sabía, pero me llego a las ciudades parecido a ti. Y me gustó saberlo de tercera a primera mano.

Vine de vuelta pero me quedo.

Un saludo.

Sunion30 dijo...

Musica, si algo tuviera sentido firmaba ya y ahora mismo jaja lo único que entiendo, hoy por hoy, es el sol.1 besote!

Rocío, siempre vamos haciendo equilibrios,unos por el mar, otros por tierra. Sólo se trata de que si hay que hacerlo, al menos sea en un elemento donde estemos medianamente cómodos.

Sirena, tanta felicidad sólo puede ser indigesta. Por eso es mejor ver el horizonte un poco ladeado, para estar alerta y aprovechar los momentos.

Mr.Week, un tobogán??A pesar de no ser ya un niño yo pienso subirme. Te apuntas?? Otro para ti niño. Hoy pasé por tu city con el tren!

Jon, las primeras manos a veces son terceras y viceversa. Es lo bueno de estrecharlas. Eso y que en el fondo siempre volvemos para quedarnos.

Gracias a todos por pasaros por mi costa! Besos :)