martes, 25 de marzo de 2008

"Bleu" y el valor de los silencios



Es de esas películas que no me canso de ver. El valor de sus imágenes eclipsaría a cualquier posible diálogo y con ello se demuestra que decimos más callando que hablando.

El azul, frío. El azul, líquido. Y volver a abrirse cuando ya lo dábamos todo por acabado.

Julie pasando sus nudillos por la pared de piedra.

Y el tono positivo de liberación al final del film. Genial.

3 comentarios:

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Llegar a casa, poner el móvil en silencio, descalzarse, encender un cigarro y poner Preisner a todo meter en la cadena.

Pocas cosas tan placenteras.

Sunion30 dijo...

Cierto...Y he de confesar algo: estoy enamorado de la banda sonora de esta película desde que la vi allá por el .... sobretodo las composiciones de flauta y Van Den Budenmayer (esos coros!). Podría quedarme tumbado y descalzo durante horas, flotando entre notas. Y si lo acompaño de un té de canela ya sería el summum.

Esto y recibir un abrazo son las dos cosas más placenteras que pueden existir.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Uhum... Creo que me quedo con La doble vida de Verónica, tanto en BSO como en película. Pero respecto al abrazo, qué te voy a decir, que pienso exactamente lo mismo. El sabor del té ya me da igual, aunque he descubierto el robois hace poco y me gusta acabar el día con él.