viernes, 29 de agosto de 2008

NOCHES EN SANTA MONICA

Se retuerce el verano en los últimos coletazos que un mar podría dar en mitad del desierto.
Las bermudas de cuadros yacen descoloridas y jadeantes en el tendedero. Las sandalias ya no ríen entre dedos de pie, están exhaustas de tanto cemento y arena fina. Y las toallas lloran rodales de agua salada.

¿Dónde fueron las voces? ¿Acaso alguien creyó que las promesas se mantenían frías en la pequeña nevera de un vendedor ambulante?
Los silencios, como las boyas, son pequeños balones de colores que se alejan con la corriente. Y uno se da cuenta de cuánto dependemos de vientos y fases lunares.

Con mis pies cubiertos de arena pegada comienzo el regreso a la ciudad sin dar nunca por sentado que en las madejas de palabras hay un resquicio de entendimiento para la luz.

No en vano el invierno tiene menos horas de sol. Y eso nunca nos deja indiferentes.

10 comentarios:

Sirena Varada dijo...

Cuantas veces estuve para ahogarme nadando detrás de ese balón que se alejaba con las olas... y ahora sé que eran silencios. Tal vez por eso siempre los recuperaba.

Qué deliciosa y sugerente esta entrada, Sunion.

Un beso

(PD. Tu nueva fotografía del blog es reveladora; en plácido tránsito, siempre con una sonrisa ¿verdad?)

Sunion30 dijo...

Llevo día jugando con esa palabra, "tránsitos", en mi libreta, en los ratos en los que mareo el café en una terraza. Qué coincidencia que la saques a colación...a ver qué sale de todo esto.

Y sí, en tránsito, no muy plácido últimamente pero siempre con una sonrisa. Es la marca de la casa!

Por esos balones de colores! Un abrazo Sirena..

Rocío dijo...

Me cuesta mucho trabajo decirte algo la mayoría de las veces que te leo. La expresión me dejas sin palabras es real en mi caso.
Abrazaría tus letras si pudiera.

38 grados dijo...

el verano agoniza, las horas de sol se funden en nuestras manos.

Y no, no nos dejan indiferentes.

Un abrazo

Música dijo...

y llegó el tiempo de recogimiento con el alma repleta de paseos, helados, risas y mar...que buena terapia son los recuerdos!
Tránsito: así se llamaba quien más ayuda a Esteban Trueba en la película "La casa de los espíritus", no se llama así por casualidad ese personaje...
Feliz cambio de estación sol. Un beso de sal para que todo te salga al gusto.

Julio Castelló dijo...

Parece que el otoño invita a la introspección.
Aunque también estalle con esa paleta de extraordinarios colores en todos nuestros bosques, nuestros jardines, nuestras calles...
La verdad es que tenemos mucha suerte de ser mediterráneos...
Deliciosamente escrito, Sunion. He ido imaginando cada movimiento, cada abandono, adelanto de la nostálgica estación que se nos avecina.
Un saludo.

Sunion30 dijo...

Rocío, como siempre rezumando dulzura tus letras. Me gusta que te guste. Gracias.

38, el día que deje de importanos será que nos hemos vuelto invierno. Que no es algo malo, sólo que se nos llena el alma de nieve.

Música, nunca llegué a ver entera esa película pero ya veo que despues de tu comentario deberé repasarla con atención. Allende no me es muy cercana pero tú me abres la puerta a la curiosidad.
Ahí van esos helados y paseos, en breve, ya vuelven a buscarnos en otro verano. Un beso de aire marino al pie de la Barceloneta, la prima de la Malagueta.

Sunion30 dijo...

Julio, como dices, creo que el otoño todavía ofrece muchos colores para sorprender, que recogerse no significa renunciar a los paisajes. Hay tantos como matices de soles y luces por las esquinas de nuestras ciudades.
Un abrazo fuerte y gracias

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Aún quedan ratos de verano, Suni Delight.

;-)

Música dijo...

beso recibido junto al espigón de los Baños del Carmen, esta orilla me dice muy despacito que te recuerda