martes, 14 de abril de 2009

Agnóstico de amor (Escena francesa)

“A J. por aguantar con paciencia mis teorías y evangelizaciones sobre el amor y sobretodo, mis flemas literarias que tienen mucho de fiebre momentánea y poco de realidad”

Como aquel día de lluvia esperadamente incógnita te así por los brazos en un ojal de susurros donde tenerte dentro mío se asemejaba a todo aquello que siempre nos habíamos negado.

Leía un último ensayo de Lorca en el sofá lindando con la terraza, cubierto con la manta que siempre me acompaña en todos mis viajes. Silencio en la casa, suicidios de gotas contra el tejado rellenaban el vacío que quedaba entre mis pensamientos y un extraño sentimiento. Pero acerté a oír en el crujir de las escaleras tus pasos piratas con ritmo de descubridor en tierras vírgenes.
Yo seguía mirando hacia la ventana, controlando de reojo las ascuas de la chimenea, “que no dejen de alumbrar” me repetía. Te apoyaste en el respaldo y susurraste:“¿Qué haces?”

Y respondí que, aunque estaba solo, intentaba flotar entre las aguas de una sensualidad con la que la lluvia había tiznado mis últimos barcos a la deriva, aquellos que también me habían traído a ti.

Notaba tu piel, tu olor y sobretodo tu doble mirada de aventura. Dualidades con las que jugaba a hacer pajaritas de papel y escribir reseñas de tus labios por todo el jardín, de las cuales crecerían las frutas más jugosas que nadie podría morder, el jugo más sabroso que uno podría saborear.

Seguías detrás, en silencio, pero notaba la cadencia de tus palabras atravesar preguntas para más tarde dejarlas atrás. No pensaba responderte, no quería mezclar la combinación de letras y vocales con la de miradas y carícias.

Porque con el último relámpago de la tormenta me estremecí inclinándome un poco hacia atrás hasta dar con tu pecho, entre el cual me acogiste abriendo las puertas de tus brazos. Y pasamos así la tarde, el aliento rozando promesas de gaviota cerca de mi oído, el calor de los dedos subiendo como un pasajero por las nucas y los milímetros de separación de los besos que nunca llegamos a darnos actuando para nosotros.

Te pedí que te quedaras a sabiendas que no eras real. No me importaba, quería segmentar las realidades y ser consciente de las inconsciencias que debemos vivir si queremos avanzar y apreciar lo venidero.

Porque sé de lo real pero lo ignoro por decreto. Y no digas que fue un sueño.

8 comentarios:

Música dijo...

...lo ignoro por decreto...
Que sentir tan hermoso el tuyo sol, mereces mucho que lo sepas

Sunion30 dijo...

...muchas gracias Música, me gusta que te guste; recuerdo una frase de Almodóvar que a nuestro compi "La Semana Fantástica" le encantaba: "La realidad debería estar prohibida"...

Un besote fuerte guapa!

ADRIANO dijo...

A mi también me gusta dejarme llevar por lo irreal, con la esperanza soterrada de que se convierta en algo palpable, visible, tangible. Y si no se hace real, también disfruto de lo imaginado, casi con la misma intensidad.
Me ha encantado, está tan lleno de sentimiento e imágenes que puedo llegar a evocarlo cada vez que lo leo.
Besos.

ADRIANO dijo...

Sunion, visita el blog de stultifer, te ha seleccionado como el blog del día, que es un premio reconocidísimo en la blogosfera, y todos desean tener.
Enhorabuena!!!!!!

ADRIANO dijo...

Por cierto, su dirección es:
http://nosinmicamara.blogspot.com

Stultifer dijo...

Después de un minucioso estudio, STULTIFER te otorga el prestigioso galardón al MEJOR BLOG DEL DÍA correspondiente al domingo 19 de abril de 2008 en No sin mi cámara por los contenidos y matices. Visitanos y comenta con nosotros. Saludos cordiales.
Vamos, que nos ha gustado mucho y hemos querido acercarnos a ti.
Puedes colgar el Premio voluntariamente en tu blog.
Ya formas parte de la Orden del Stultifer de Oro.
Y si tienes una escalera, mándanosla y la publicamos inventándonos una historia.

Sunion30 dijo...

Adriano, la paleta de colores de lo irreal nunca pierde sus intensidades, como tú dices, sólo hay que evocarlos. Por eso me gustan tanto. Y gracias avisar! ;)

Stultifer, muchas gracias por ese reconocimiento...podéis acercaros por cuantas escaleras encontréis, al final de ellas la puerta está abierta. Colgaré el premio encantado.

Un saludo a todos!

Rocío dijo...

Seguro que Terenci Moix te está aplaudiendo.

Por supuesto, yo lo hago.

Sigue viviendo los sueños. Algunos son tan reales...

Un beso