La mesa abierta
por las esquinas
las manos rotas
tenedores de carne gris
piedra
en la terraza que da al mar.
Alternan las nostalgias,
entrantes, postres
riéndose del orden
manteles en blanco y rojo
Italia a fuego lento en la cocina.
Me giré para ver nuestra mesa,
el tomate se había secado
y las salpicaduras recreaban
las lágrimas de un Cristo salvador.
Sin sazón, sin razón
me pregunto dónde nos quedamos.
Hoy me levanté sin hambre,
y desde entonces como solo.
6 comentarios:
"hoy me levanté sin hambre y desde entonces como solo"...gracias por estas palabras..., que cosas Sunion.
Qué lindo, querido, qué lindos tus paisajes y tu manera de meterlos por esta ventana.
Sunion, qué sorpresa que has vuelto.
Razón, sazón... se busca en ellas lo que nos hace falta, como respirar, para luego, quizás, seguir buscando.
Un beso, y, sinceramente encantada de tu regreso.
Mañana comeré sola
espero que sea un buen principio
y una buena excusa
para trincharme,desmenuzarme,
salapimentarme,
y finalmente saber
a qué diablos sabe mi carne realmente.
Un abrazo Sunion.
Desayunar, almorzar, merendar o cenar solo no supone más que una rutina personal siempre y cuando no se eche en falta a la persona que rompió esa disciplina un buen día y te acostumbró a colocar en la mesa los cubiertos, el vaso o el plato por duplicado... Yo tengo mi propia regla de cantar en pareja pero también en alguna ocasión hago una excepción, por ejemplo para cantarle al desamor (http://lamusicadelanoche.blogspot.com/2008/10/down-with-love.html). Un saludo.
Más vale...
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