miércoles, 11 de enero de 2012

Sobre una dulce tontería....

Palabras que se mezclan con los soles, días que se asemejan a una extraña primavera cuando no hay más que nieve alrededor, horas que simplemente no se llenan bajo la ausencia de algo que nunca tuvimos.

Así, radiante y despejado el día, comenzaron a llover gotas dulces sin previo aviso. De los días en que las nubes nos habían abandonado apenas quedó un esbozo. Y, por lo imprevisto, los paraguas se quedaron en casa frustrados al no poder abrirse y saborear aquella extraña lluvia.

Fue un día 1, como el de un de primer peldaño. Y cuando los ojos más cegados subían, se conseguía ver más abajo.

Fuera, la lluvia seguía cubriendo las pieles de una dulce tontería que nadie se quería secar. Azúcar, canela y clavo, anís, crema y vainilla entrelazándose entre las letras, los minutos y los pensamientos lanzados al aire en un sin fin de confetti con los que cubrir los besos. Y éstos flotaban en una cadencia de labios que daban con otros labios y no se volvían a separar.

Sobre el fondo de unos luceros castaños iba la noche, húmeda y henchida, a recostarse sobre el otro lado, aquél que a veces nos deja ver lo mejor de cada uno aún cuando lo desconocemos. Con una dulce tontería encima.

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