jueves, 20 de noviembre de 2008

...desde entonces como solo....

La mesa abierta
por las esquinas

las manos rotas

tenedores de carne gris
piedra
en la terraza que da al mar.

Alternan las nostalgias,
entrantes, postres
riéndose del orden

manteles en blanco y rojo

Italia a fuego lento en la cocina.

Me giré para ver nuestra mesa,
el tomate se había secado
y las salpicaduras recreaban
las lágrimas de un Cristo salvador.

Sin sazón, sin razón
me pregunto dónde nos quedamos.

Hoy me levanté sin hambre,
y desde entonces como solo.

Por fin...el desierto de 3 minutos....